martes, 16 de agosto de 2016

NECESIDAD DE ADAPTACION MISIONERA

El principio de adaptación, de todas las definiciones que se dan de Iglesia, la de Bossuet es sin duda alguna, una de las más bellas: “la Iglesia es, dice, Jesucristo difundido y comunicado”. Ahora bien, Jesucristo según expresión de san Pablo, es “el mismo ayer, hoy y siempre jamás”. Luego si Cristo “para divinizar nuestra pobre naturaleza, no quiso despojarla de aquello que tenía semejante conducta seguirá hoy también en su difusión misionera.
“De igual suerte que Cristo tomó una verdadera naturaleza humana, así también la Iglesia toma en sí la plenitud de todo lo que es genuinamente humana y lo eleva a fuente de energía sobrenatural, donde quiera  y como quiera que lo encuentren”.
Vive y se desarrolla en todo los países del mundo, y todos los países del mundo contribuyen a su vida y desarrollo”. (PIO XII, mens. de Nav. de 1945, AAS, 38 (1946), pag. 20; cf. “documentation catholique”, 20 de enero de 1946).
La adaptación es simplemente la “encarnación” de la labor misionera en todo lo humano y su “vinculación” en todo lo colectivo. Entre nuestros Bantu y nuestro “Nyungwe” todo depende de esta actitud. Pues, por muy ajenas que puedan estar las aspiraciones del alma “Nyungwe” a los misterios del cristianismo, por muy oculta y débiles que sean sus tendencias a las realidades que se viven en la unidad de la Iglesia, el “Nyungwe”, como todo discípulo de Cristo, “ha de abrazar totalmente a Jesucristo con todo sus pensamientos, sus sentimientos y sus aspiraciones, sin intentar otra ciencia humana o adaptar otra manera de pensar”. Esta es mi opinión, después de un año como misionero en esta tierra Bantu, que el Nyungwe, necesita que el misionero se adapte para enseñar mejor el misterio cristiano, se adapte a la cultura para mejorar la situación socio cultural y política. El misionero debe manifestar a Cristo que libera, que protege, que sana y salva, ya que los Nyungwes están empapados de estas creencias tradicionales…
Con esto intentamos que de pueblo, recién convertido, piense y viva a Cristo y al cristianismo con su propia alma. De aquí la necesidad que tiene el misionero de crear, en su campo de apostolado, un medio vital eclesiástico, que permita a los convertidos unirse directamente a Cristo en un contacto inmediato y personal.
La adaptación es simplemente la presentación del mensaje cristiano bajo aquel aspecto que guarde más armonía con las aspiraciones del pueblo a ganar para Cristo. Esto no supone ninguna mutilación o disminución de la verdad;  se da  y predica toda la verdad, pero expuesta de aquel modo que pueda suscitar la máxima reacción por parte de los neófitos. La táctica y la adaptación misionera no es una táctica propagandista ni una estratagema, sino fidelidad a la misión de la Iglesia, que es la prolongación de la Encarnación del Verbo y la adaptación de Dios a los hombres. “Al apóstol no le guía un interés de propaganda, sino la lógica de su fe” (H. de Lubac).  Los misioneros no hacemos propagandas, solo llevamos el mensaje de Cristo. En la misión no buscamos nuestros propios intereses, buscamos los intereses de Jesús… los sacerdotes somos servidores del pueblo de Dios en cuanto administramos los medios de salvación, los sacramentos.
El Verbo de Dios, asumiendo nuestra pobre naturaleza, no la despoja de sus propiedades; e inclinándose sobre nosotros, no deja de ser el Dios omnipotente: Dios perfecto y hombre perfecto, unidad perfecta de persona; tal es el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, que jamás la Iglesia ha dejado de imitar y reproducir en su esfuerzo misionero.
“Desde el día en que la Iglesia, llena del Espíritu Santo, salió del Cenáculo para invadir la tierra se ha venido encontrando por todas partes, países que practicaban ya otra religión distinta a la de Cristo. La mayoría de las veces estas religiones son como un manto del que sólo tendrán que despojarse. Los usos y tradiciones, la vida social, intelectual y moral, llevan impresos su signo; a veces estos elementos han formado, presentado y empapado todas las cosas”. El Verbo de Dios, que separa y conduce a su perfección a todas las cosas, es el mismo que ilumina a todo hombre que viene a este mundo: “como Cristo, sus mensajeros no vienen a destruir, sino a edificar; no para humillar sino para ensalzar, transformar y consagrar. Las mismas deficiencias con que tropiezan no exigen, quizás, una total expulsión, sino un enderezamiento”. Los misioneros no somos los dueños de los pueblos, las tierras de misión no son propiedades privadas donde no pueda entrar el Espíritu Santo, en fin, la Iglesia, los hombres, son confiados a unos pocos hombres para servirlos de acuerdo al pensamiento de Cristo.
Así, pues, la adaptación es deber de fidelidad a Cristo, y a su Iglesia; adaptación, sí, pero no en el sentido de rebajar la Verdad sobrenatural al nivel humano, sino más bien de levantar al hombre hasta esta Verdad, que le invada y acrisole, iluminando particularmente algún aspecto, para permitir a la inteligencia humana asirse a ella, poco a poco, hasta su perfecta y total revelación.

La adaptación no es un negocio de artistas, músicos o arquitectos, sino un deber que tiene que ser cumplido por misioneros y teólogos. Es al teólogo a quien corresponde descubrir el aspecto del dogma católico que responde mejor a las impaciencias del pueblo. Pero este trabajo supone un estudio metódico y profundo de los valores culturales, que son la riqueza del pueblo a evangelizar. La adaptación tiende a la conexión de las aspiraciones del pueblo con el mensaje cristiano.  

MENTALIDAD NEGRA Y MENTALIDAD BIBLICA

África quiere manifestarse al mundo, aportar algo personal. Original e irreemplazable en la elaboración nuevo, y este deseo, que hierbe en sus entrañas, le impone, de algún modo, un doble movimiento. Por un lado, quiere a todo precio agruparse, tener en sus manos las magníficas palancas de la técnica; pero al mismo tiempo, siente la necesidad de defenderse de una asimilación accidental que la desfigure. Siente la necesidad de inventariar sus propias fuerzas, hacer como aquel rey del Evangelio que, antes de partir a la guerra, vuelve sobre sí mismo, se sienta y empieza a medir sus fuerzas (Lc 14, 31-32). Doble movimiento, doble necesidad. Más, ¿de qué le serviría a África presentar al mundo, como rostro sin vida, una copia servil de la civilización técnica?
Sin embargo, el mundo actual desprecia la voz de aquel que no une la competencia técnica indiscutible, al mensaje que quiere aportar.
Pero, precisamente, el espejismo de la técnica podría hacer olvidad a África que es portadora de un mensaje, de una sabiduría que le es propia y de la cual los demás pueblos y culturas tienen necesidad. África, por largo tiempo replegada sobre sí misma en una meditación profunda, debe hacer participantes a los hombres de todo aquello que hay de más hondamente humano, esencial y eterno en su propia concepción de vida. Es urgente que lo haga.
He hablado de África; para mí África se extiende a todo el mundo negro esté donde esté. Porque, habiendo llegado de un rincón de la gran África, que se extiende hasta las Antillas, y participando experimentalmente de la mentalidad haitiana, me siento obligado a hablar en nombre de todo el mundo negro.
Para captar el mensaje del negro y obtener, en cuanto sea posible, el “tipo” propio de su civilización, es necesario ponerle en referencia, por semejanza y por contraste, con otras civilizaciones y realizaciones históricas del hombre. Me parece conveniente, a este respecto, situar al hombre de raza negra, frente a la Biblia y frente a la civilización occidental.
¡Pero cuidado con las confusiones! No se trata de etiquetar las razas humanas o encerrarlas en ficheros diferentes. Entre hombres procedentes de horizontes distintos encontramos reacciones fundamentalmente idénticas. Pero es cierto también que ambientes diversos pueden orientar diferentemente el comportamiento y la atención de los hombres y a partir de aquí, obtenerse distintas culturas y civilizaciones. Se caería en un error si intentáramos buscar los detalles que pueden encontrarse en todas partes , habrá que juzgar globalmente, según un cuadro de conjunto.
Según mi modo de ver, el negro está más  cerca de la Biblia que de la SUMA TEOLÓGICA de santo Tomás de Aquino, del DISCURSO DEL MÉTODO o de la FÍSICA de Aristóteles. ¿por qué? Sería absurdo pensar que la inteligencia del negro es incapaz de abordar esos problemas; la inteligencia no es monopolio de una raza, la cuestión versa  simplemente en el modo de pensar y de ser del negro; se trata de su mentalidad. La lectura de la Biblia revela un mundo, una concepción de la vida, unos rumbos del pensamiento y de la sensibilidad con los que el negro simpatiza porque se siente concordar con ellos. Por el contrario, la elaboración intelectual, de la cual es fruto la SUMA TEOLÓGICA de santo Tomás de Aquino, aunque sea capaz de gustarla, se encuentra demasiado lejos de las líneas de acción de su mentalidad.
Diciendo esto, no me refiero a una mentalidad “prelógica” cualquiera, que haría del negro un ser cerrado y limitado a los primeros principios de la razón. Bresong y, después de él, otros pensadores han opinado de esta manera; mas, por otra parte, Levy – Brithl ha cambiado de posición, como lo pueden testificar sus apuntes póstumos. Cuando hablamos aquí de una mentalidad diferente, queremos decir que, a partir de una “misma organización funcional de base”, la inteligencia negra y la inteligencia occidental se orientan de modo diferente “ alrededor de centros  variables de atención vital.

La mentalidad occidental ha desarrollado hasta sus últimas consecuencias los principios de causalidad e identidad. Ha intentado determinar los caracteres propios de cada ser; enumerar las diferentes relaciones de que puede ser objeto, y establecer cada caso en el puesto que debe ocupar. Es más, buscando las cosas exactas de cada fenómeno, ha aprendido a distinguir aquello que es efecto de la naturaleza de lo que no lo es. Ha hecho una separación entre la afectación y la conducta verdadera, entre lo religioso y lo profano. Siempre esta con la preocupación de dar cada cual lo que le es debido. Esta mentalidad apoyada en la razón y vigor científico esta orientada a la conquista del mundo. A puesto en marcha un mundo innumerable de técnicas, máquinas y procedimientos destinados a hacer presión sobre el universo y a organizarle racionalmente en el sentido de la máxima productividad.

... de los Andes al África

Hace nueve meses que salí del Perú como misionero hacia África. Fui ordenado sacerdote el 30 de agosto de 2014 por la imposición de manos del Señor Juan Luis Cardenal Cipiriani en la Parroquia “San José Obrero” – Barranco. Una fiesta grande, un momento inolvidable, pero la noticia que me esperaba era aún más grande para los pueblos del África, pero para mí era algo que nunca pensé… pero es Dios quien hace las cosas siempre nuevas. Al final de la misa de la ordenación sacerdotal, el superior General de mi congregación de los oblatos de San José me dio la noticia que me iban a enviar de misión.
Quiero contarte en esta vez sobre mi experiencia, mas luego iré contándote sobre la situación política de este país, sobre la vida cristiana en este estado; nada es fácil, todo está complicado, hace unos días acabamos de celebrar la independencia de éste país mozambicano, pero ¿cómo vamos a hablar de independencia si aún tenemos partidos políticos en guerra?… ¿cómo vamos a hablar de paz, si no hay justicia?... todo estas cosas, te contaré más adelante. Mozambique no tiene embajada en Perú, ni Perú tiene aquí; ya por ahí comienza el problema para un extranjero peruano… desde mi llegada a este rincón del mundo, me he dado cuenta la gran injusticia que el hombre va cometiendo, me he encontrado con personas muriendo de hambre, con personas que no tienen para vestirse, hombres que mueren porque no hay suficiente medicina, no hay buena atención en los hospitales, falta personal que atienda… en los colegios (por las aldeas por donde yo camino) los alumnos no tienen carpetas, no hay salones para estudio, se usan las sombras de los grandes árboles como el “embumdeiro”, los estudiantes no tienen cuadernos, ni lapiceros, pero van al colegio… me duele pensar el futuro de ellos. Muchos van a la escuela de aldeas muy lejanas y descalzos, a veces sin desayuno; el país es rico en minerales, y floresta, pero los que explotan estos recursos no tienen cabeza ni corazón, toman la leche de una vaca hermosa pero no le dan el pasto; comen los frutos del árbol que no es de ellos, es por eso que no los riegan, mañana cuando esté seca abandonaran, pero las aves que lleguen ahí ya no encontraran nada más que un árbol seco.
Tú vives en un país donde no te morirás de hambre, y a decir verdad, no sabes lo que es tener hambre; bueno, al menos las primeras necesidades no te faltan… pero en éste rincón del mundo falta las primeras necesidades, no se puede estudiar con el estómago vacío. La felicidad no es el dinero, ni el estar bien, pero si es tener la esperanza en un mundo justo, y cuando se pierde esta esperanza se nos va la felicidad; aquí se ha perdido esa esperanza en un mundo justo, se ha perdido la esperanza en el prójimo justo, se ha perdido la esperanza en el hermano justo, se ha perdido la misma esperanza… ¡sin esperanza no hay felicidad! …
Ser sacerdote es algo maravilloso, pero cuando ves esta injusticia, lo primero que haces es llamar a Dios… ¿dónde estás Dios? Gritas por todo el mundo, pero Dios ya está ahí… es Dios mismo que está sufriendo porque no somos justos con nuestros hermanos, ves a Dios en el hambriento, en el pobre, en el sin hogar, no vale gritar a Dios, porque el mismo está en esas condiciones, el vino por nosotros los pecadores y no por los justos, vino por los abandonados, por los marginados… entonces no grites, ya sabes donde lo puedes encontrar y hablar con Él de tú a tú. No culpes a Dios por tu injusticia; me dirás: yo no mato, no robo, etc de cosas, pero solo te digo una cosa, los cinco pares de zapatos que tienes guardados al menos uno le pertenece al pobre que toca tu puerta… sí, tú no robas, pero que dices a eso? Inmediatamente me respondes es mi trabajo que me da… sí, lo sé… pero no eres capaz de sentir ese dolor del descalzo?... y puedes seguir justificándome, y con argumentos bien fundados, pero la justicia es un derecho que conlleva solidaridad y muchas veces subsidiaridad.
África es un lugar donde la justicia aun no coge su brote, tal vez conoces algún país de este continente, y tal vez hiciste turismo por aquí, eso significa que no llegaste a la llaga putrefacta de este continente… y si llegaste pues te lo estoy repitiendo lo que ya conoces… es verdad, muchas de las veces escuchamos sobre África y la conocemos por sus continuas guerras, las enfermedades, el hambre, etc. Mas lo conocemos por el sufrimiento que tiene este continente… pero más allá de todo esto de lágrimas e ira, tiene su belleza, la gente es buena; acá en Mozambique, en la provincia de Tete, donde yo vivo, las personas son muy buenas, la aldea donde vivo es Marara, es una aldea muy sencilla, las casas de paja y barro, otras solo de palos, en las fuertes lluvias son destruidas… aquí solo se vive de la agricultura, solo de millo (en Perú el maíz)… la comida es masa de millo o mapira, sin sal, se condimenta con el llamado caril, en Perú decimos “guiso”, pero este condimento a veces solo es alguna verdura hervida, no se usan cubiertos, la mano es la primera herramienta, casi se come desde la olla, reunidas de cinco u ocho personas alrededor… se toma agua del rio (muchas veces contaminado por el cólera) o de la bomba (instrumento para absorber agua, cada aldea tiene dos o tres bombas, y cuando se malogra no hay cuándo arreglar). Las postas médicas no cuentan con suficiente personal preparada ni mucho menos de medicinas e instrumentos médicos… muchos niños mueren por el cólera, otros por la malaria… del sida no se habla mucho, pero la mayoría está contaminada con este virus.
Ir desde el frio andino al calor africano, adaptarse no es tan fácil, muchas veces que camino visitando las comunidades y las diferentes aldeas, siento que me estoy quemando… como andino siempre he caminado muchos kilómetros, pero no bajo el calor de 45 a 47 grados… los pueblos andinos beben agua “limpia” pero las aldeas de este mundo, los ríos están contaminados… en los andes de la sierra es fácil de ubicar la aldea donde queremos llegar, pero en las llanuras y pampas africanas es difícil de ubicar… en el ande nos muestran tal o cual cerro o montaña ya nos ubicamos… pero, en estos campos extensos no logramos ubicarnos, ni la más alta tecnología sirve para ubicar estos pueblos olvidados… he cruzado antiguas tierras de leones y leopardos, sin saber que alguna vez estuvieron por allí, o de vez en cuando aún vienen a buscar presas por allí… solo el pavor de encontrarse con uno de ellos me haría retroceder antes de llegar a alguna aldea… esta aldea de Marara está cercada por el norte, por el rio zambese, y las aldeas están a la orilla de este hermoso rio, pero hay un peligro de ser atacado por los cocodrilos y los hipopótamos, muchas veces los sembríos son estragados por estos animales… mis viajes a éstas aldeas son casi siempre una aventura… muchos niños se esconden al ver un blanco “andino” y no solo niños sino también las personas mayores… es un regalo de Dios llegar por primera vez a alguna comunidad que aún no fue visitada ni por ninguna misión religiosa o filantrópica… a veces se corre el riesgo de ser atacado (esto no lo sabía, creía que ya habían tenido algún contacto con la “civilización” pero aunque lo tuviesen hay creencias de ellos que no permiten entrar ni siquiera al vecino aldeano) pero sin embargo Dios va llegando de a poco, yo como sacerdote no llevo riqueza material, pero aunque no tenga a Dios del todo en mí por mis pecados sé que lo que les digo, cuando vaya otro serán reconocidos… quiero decirte en resumidas cuentas que mi experiencia es totalmente nueva… es un país no cristiano, las aldeas por donde trabajo no son cristianas, hay mucha brujería, fetichismo, creencias nativas (propias de cada aldea o tribu) hay muchas cosas para escribir y detallar, la próxima te escribiré cada cosa por detallado.

Comienza a vivir con lo necesario y serás feliz!  No cierres la puerta de tu corazón al pobre que te toca… que la sonrisa sea el pan caliente del horno de tu corazón para aquel que te pide ese pan… más que el pan material da el pan de tu corazón…